miércoles, noviembre 24, 2010

Es más, ni el pinche Jesús fingió su muerte antes de los treinta y tres

No es tan cierto, no tengo tantas ganas de morir, la neta. Quizá pueda estar un poco en un estado desganoso, pero nada tan grave que no se pueda arreglar con no sé, un tequilita, una cascarita de fut, un peli en el cine, una platicada con una chica preciosa y simpática, que las hay, eh. Es más, para que se vea y se note y se conste que a uno, en realidad, le encanta decir mamadas, pongo lo siguiente:

Qué cagadísimo se vuelve el mundo cuando lo toca México, cuando México toca una parte del mundo la vuelve a toda madre. ¿A poco no, perras? El único fuera de lugar desfavorable fue que le pusieron una ambientación musical cubano floridano gringoso, pero no hay pedo, ni que fuera para tanto una confusión cultural que no es tan enorme.

Y añado otro detallazo:

("Cuando se estrenó Ciudadano Kane, disparó nuestra imaginación", recordaba recientemente el histórico dibujante de Batman, Jerry Robinson. "Ahí en la pantalla, Orson Welles hacía el tipo de narración que queríamos volcar en el papel". Era una admiración abierta. "Nos emocionamos cuando oímos que a Orson Welles le encantaban los cómics y que le influyeran".)  

Lo saqué de un articulín, culín, culón de El País. A veces, cuando algunos gringos tocan el mundo, también lo pueden volver a toda madre.

 


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