domingo, enero 22, 2006

Sábado en la noche.


Ayer por la tarde comencé a ver la peli Rebelión en la granja. Que cerdos los cerdos.
No la terminé de ver. Me fui con Luz al debut de una amiga, Tamara, estuvo cagadón, pero bueno. Fueron sólo unas cinco rolas. Ella cantó sin saberlo hacer, siendo lo de menos por ser esa una intención del grupo; su novio Raúl tocó la guitarra, una chava la batería y un chavo el bajo.
De ahí nos fuimos a la casa de un cuate, Polo, de cuarenta años. Hizo un fiestononón desde la tarde. Cuando llegamos ya no había nadie, pero el panorama estaba lleno de botellas por todas partes, vacías, semi llenas y llenas, de agave azul, terry, vodka, ron, whisky, caguamas, picos de gallo; comida, mmmm, ollas de comida: arroz con huevo, picadillo, frijol negro, tortas de huevo, tortillas y tinga de pollo. ¡No hombre! Estaban regados por todas partes platos desechables con grasa, comida endureciéndose, cajetillas vacías, bachas babeadas, ceniza, colillas, servilletas arrugadas, vasos y comida tirada en el piso. Aún así quedaban el anfitrión, Sergio, su novia, Nely, un güey del que no me acuerdo su nombre, su novia, un niuyorkino cuarentón y borracho que le agarraba la pierna a Luz cada vez que podía, pero estaba tan borracho que más bien la usaba para ayudarse a levantarse del sillón.
Llegamos como a las diez. Estuvimos platicando hasta las cuatro am. Polo, el anfitrión, un tipazo, simpatiquísimo, que sabía de literatura y sabía saberse en literatura. No era monopolizador de la plática, como tampoco para nada fue mamón, al contrario, buena onda.
Polo me prestó dos libros, los dos de cuentos, uno de Salinger que ya empecé a leer, me están gustando, está complicado y mete muchos diálogos. El otro es de diez grandes cuentos chinos. En la contraportada dice: habiendo tantos millones de chinos, como no va a ver excelentes escritores. Órale, que miedo. El otro día en el internet en una librería virtual de libros de idiomas promocionaban así una portada: El chino, el idioma del futuro. ¿Será? Si sí, pus que loco y que hueva. Aprender chino, como que no. Digo, el inglés es más fácil que el chino, dicho prácticamente, sin tintes políticos derecha vs izquierda.
La próxima semana le devolveré a polo lo que me prestó y seguramente me prestará otro libro. Jeje, que chingón.
En la fiesta de Polo había una salsa verde buenísima, increíblemente buena. El otro día hice una que no picaba. Le puse cuatro cuaresmeños enormes. Entre más grande menos picoso.
En medio de la noche entre cuatro paredes blancas Luz habló de Clarice Lispector de una manera maravillosa, del título, Manzana en la oscuridad, excelente novela. Quedé deslumbrado, fue muy bonito, creo que por eso comparto mi vida con ella.
Ah, tengo que informar que ayer no me puse ebrio. He pensado en ello últimamente, relacioné mis ebriedades con sus contextos y estoy llegando a pensar que si estoy a gusto no me pongo mal pedero, y cuando no, híjole, cuidado, mejor que me saquen de la fiesta. Jajaja. Total, que me vale verga. Dejemos la histeria para otro momento.
Sábado en la noche, me gustó.
Añado una foto para amabilizar el paisaje.
Se me olvidó comentar que terminé el libro Teoría del sicoanálisis. Todo tranquiquis.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¿que puedo decir? si en un post me ponen como la gorda que ve telenovelas y en el siguiente postean de mi y mis nociones de literatura.

Pablo Tezkatl dijo...

Ruy, qué verguënza haber quedado mal con ustedes, el itinerario estuvo acompañado de una escala que se prolongó demasiado (salí como a las cinco en bici para dejarla en casa de una banda y lanzarme en transporte público). Pero por azarosas circunstancias terminé enseñándole a jugar Go a un austriaco y al Kevin, otro compa de dicha casa. Es obio que se hizo tarde. Regresé a mi casa a terminar la Rosca de reyes que hice. Pablo

Pablo Tezkatl dijo...

Perdón, obvio.

Plaqueta dijo...

Qué bueno que ustedes sí cayeron. Qué bueno que le agarraste el pedo a la banda. Pronto pronto alguna otra tocada, seguramente con el pretexto de ahí-viene-mi-verdadero-padre.

Anónimo dijo...

no te sientas tanto lucesita así es Ruy, con los años lo irás conociendo, atte: una vieja, vieja amiga (obvio de Ruyenko)