domingo, enero 09, 2011

Sí, amor, y qué, soy un hombre amoroso, me encanta serlo

Tengo un pequeño problema. Resulta que cocino a toda madre de bien cabronamente rico, pero quiero adelgazar, hago ejercicio unas tres veces a la semana desde hace un mes, entre cardio y máquinas. Y hoy me compré medio pato, un bordeaux, poro, una lechuga y un paquete de arroz. Hice el medio pato en el horno al vino tinto con poro, ajo y hierbitas mágicas. Hice una olla de arroz en la estufa. Hice un platón entero de lechuga equivalente para una familia entera con un chingo de aceite de oliva. Me serví la pierna y el muslo con bastante arroz que mojé con la rica grasa y el jugo del pato. Me senté a ver cualquier estúpida serie de televisión bajada en la red. Me chingué dos capítulos y me acabé las dos piezas de pato. Como todavía me quedaba lechuga en el platón me levanté de la mesa para ir a servirme un buen pedazo de la pechuga de pato que dejé dentro del horno y me serví también varias cucharadas soperas de arroz. En el segundo bocado ya no podía más y aún así me terminé todo lo que había en mi plato. Le puse pausa a la serie en la compu, llevé los platos sucios al fregadero, luego fui al baño, me puse de rodillas, me reflejé en el agua del inodoro, respiré hondo, me metí el dedo en la garganta y vomité, repetí el proceso del dedo unas tres veces más y vomité casi todo lo que me había comido. Me levanté cansado del piso del baño, fui al lavabo y vi mis ojos frente al espejo cómo estaban rojos, lagrimeando y con las venitas saltadas por el esfuerzo hecho en el retrete. En varias ocasiones al mes me veo inclinado frente al excusado vomitando.

Como el amor brota de mis entrañas sin piedad e inexplicablemente, como cada poro salpica esa sensación extraña y fascinante, y eso que me pongo silicón en los poros y trato de evitar esas sensaciones para no parecer tan loco, pero no, brota sin piedad, dejo aquí una muy pero muy agradable rola.

3 comentarios:

LUZ ENCO dijo...

¡Micooooo!

Love doctor dijo...

Yo siempre te querré panzón.

Ruy Guka dijo...

Jejej, qué chingón, gracias.