lunes, octubre 25, 2010

Decepcionantemente ser humano

Sigo en Praga, sigo chambeando en Las Adelitas y me encanta trabajar ahí, sigo dando clases en la prepa estatal checa que se llama Na Pripotocni, donde me quisieron robar mil coronas por un detallito que hicieron en el contrato: llegó el día siete del nuevo mes, fecha en que se me deposita el mes trabajado, y recibí mil coronas menos. Les pregunté que qué onda y me dijeron que así estaba bien, que todo estaba en orden. La subdirectora, la mujer que me entrevistó y que me contrató y que tiene el puesto también de comisaria de la preparatoria, me dijo de plano, si no te gusta consíguete otro trabajo. Qué tal.
Primero habíamos quedado la subdirectora y yo en que me pagarían doscientas la hora el primer mes y a partir del segundo mes me subirían a doscientas cincuenta, bueno, pues en el contratito no decía nada de subir a doscientas cincuenta coronas después del primer mes. Le pregunté al director qué onda y él me dijo que serían siempre sólo doscientas coronas y que no sabía por qué había dicho la subdirectora eso de las doscientas cincuenta, bueno, ese fue lo primerísimo que no me gustó. Luego vino lo que decía del robo de dinero en mi pago mensual. La subdirectora habló durante media hora puras pendejadas que no se le entendían ni en checo ni en español, luego sacó una calculadora y sumó y restó a lo pendejo para obtener el resultado de ciento cincuenta y no las doscientas y ya cuando me dijo eso de que me consiguiera otra chamba, le dije que pus claro que me buscaría otra chamba, que siempre ando buscando otra chamba y que no sabía si seguiría ahí y además le dije que estaba muy raro todo esto y que iría a la oficina de empleos a preguntar qué onda y a otras personas checas que conocía. Resultó que después de lo último que dije, le comenzó a temblar la mano, se puso nerviosa, muy, y ahí quedó la plática porque tenía que ir a dar una clase. Después de dar la clase me hizo llamar esta misma mujer y cuando llegué a su oficina me dijo con una sonrisa amable que hubo un error. Habían tachado en el contratito una de dos opciones de no sé qué chingaos la que no era. A mí me dijeron que pusiera sólo mi nombre y mi firma y ellos tacharon la opción que no era.
Platicando a todo mundo este desagradable suceso, una amiga me dijo que otro mexicano que trabajó ahí también le hicieron lo mismo, pero que él no se había quejado y recibió cincuenta coronas menos por cada una de sus horas que dio. Qué feo.
Luego, otra cosita, la unión europea le da dinero a esta escuela, además del dinero que recibe del estado, y los pizarrones son de tiza y no de plumones, pero lo que quería decir era que dos estudiantes se fueron de intercambio a España y se les tuvo que dar clases particulares de español para que lleguen hablando lo mejor posible. Yo les di cuatro horas a estos chavos y la unión europea le va a pagar a la escuela treinta horas, de las cuales las restantes veintiséis horas se supone que se las dieron otros profes y el asunto es que quieren que yo reciba a mi nombre y en mi cuenta de banco las treinta horas y que luego reparta las horas restantes a los otros dos o tres profes que también dieron las clases privadas. Qué lata y qué hueva tratar con esta gentuza, la neta. Praga me caga.

1 comentario:

Love doctor dijo...

A Alejandro Murillo no le gusta naditita todo eso. #fail, Praga. #MEGAFAIL