viernes, octubre 23, 2009

Al final de mis veinte. Parte II

Va. Órale. Chido. Chingón. Pocamadre. A huevo. A toda madre. De huevos. Que si no. Expresiones que cerraban el trato una y otra vez en la compaňia fiel de las caguamas. Íbamos a fiestas, organizábamos reuniones para jugar dominó cubano durante horas mientras tomábamos cerveza y fumábamos como desesperados, sobretodo él y yo, los hombres del cuarteto. Las mujeres también fumaban, y mucho, pero no tanto como nosotros. Así habrá pasado mes y medio.
Las chicas se juntaban para organizarse y planear el negocio. La pareja amiga tenía enlistado varios locales en renta desde antes de que surgiera la idea de la sociedad. Se decidió por un local que estaba sobre Baja California, a media cuadra de la av. Cuauhtémoc. Llamaron para preguntar cómo estaba el bisne y que querían rentar el local. Les dieron algunas largas mientras veían otros lugares. Uno era un local en la Roma que rentaba un ruquín que se decía licenciado, el licenciado, dando por hecho que todo mundo sabe que eso significa que es abogado. No estaba mal el local, pero no las convenció. Creo que vieron otros locales y ya se desanimaban cuando les dijeron que sí en el local de Baja california. Necesitaban un fiador y consiguieron uno en una oficina que prestaba nombres para ser fiadores. Luego fueron a la oficina que se dedica a administrar locales, depas y casas. La dueňa del local vivía en un departamento en el mismo edificio, uno sencillo y pequeňo de infonavit, donde estaba el local. Y la arrendadora les aceptó el fiador y firmaron un contrato por un aňo y un pagaré por sesenta mil pesos por cualquier imprevisto que pasara. La que se comprometió con las firmas del contrato y del pagaré fue Nelly, la amiga de Luz. Obtuvieron el local.
Lo que tengo que ver en todo esto es que yo le ayudaría a Luz a atender el negocio. La mitad del día estaría ahí. Nelly no podía atenderlo porque tenía que estar en otro negocio que ella tenía solita, en la Condesa, además del estudio de la Doctores que lo atendía Sergio, su novio, y colega mío en la chamba de ir a comprar caguamas y servirlas en cuatro vasos. Quiero aňadir que Sergio y yo jugábamos mucho ajedrez, pero mucho, a veces Nelly se iba a dormir a su cuarto, si estábmos en su casa, y Luz se iba a dormir también pero a la casa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gustó mucho tu blg, caí aqui la semana pasada y... ya cuenta el porqué andas en San Cristóbal!

Saludos!

Mónica.

Ruy Guka dijo...

Mónica, hola, sí, que bueno que te gustó, espero que te siga gustando a pesar de que tardará un poco antes de saberse por qué llegué Sancris. Por cierto, ya no estoy ahí.