Estoy pensando seriamente en vender mi esperma a una clínica donde embarazan mujeres sin la vulgar necesidad de introducir un pene en su útero y frotarlo hasta que el esperma salga disparado. Me darían mil coronas por chaqueta y serían unas diez chaquetas. En total serían unas diez mil coronas, o sea, unos siete mil quinientos pesos, o sea, unos seiscientos ciencuenta dólares. Pero para esto antes deberé darles una chaqueta gratis para que examinen mi elíxir y ver si les parece lo suficientemente fuerte como para aguantar una era de hielo y luego engendrar un nuevo homo pendejiens.
martes, abril 19, 2011
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