El otro día pasé por el parque de mi casa en la noche, por ahí de las once. Ni se imaginan a quién le metían el dedo. El dedo se introducía con suavidad, parecía calar las paredes de la cavidad. Se lo metían a la nariz del barbero Iván Yakovlevich. La nariz se veía que estaba bien peda y su compañero, un güey también bien pedo, le sacaba los mocos. Alcancé a ver que el borrachín le jaló un fideo. La nariz se retorció de cosquillas y terminó con una exhalación de alivio y confort. Yo seguí mi camino.
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1 comentario:
es una costumbre sana sacar el fideo. Ah mocoliento barbero. Veré tus parques distrito federalenses justo el fin de semana que viene. andaré por tus dominios, eso es. Saludos.
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