martes, junio 10, 2008

Escenarios con putería. Fascículo 3 (parte IX)

Un plumón grueso. Su cuerpo contoneaba desnudez. Así como la anterior, ésta puso sus piernas a lado de mi cuerpo y dobló las rodillas, quedó con la vagina abierta frente a mí. Alcé la cabeza para mirar y ella, con pena fingida, me pidió que no mirara. Obviamente, no le hice caso y le sonreí. Ella contestó el gesto dejándome ver dientes blancos mientras los ojos le brillaban con coquetería. Me gustó la linda cara que veía, pero bajé la mirada, mis pupilas la penetraban. Ella acercó el plumón a su vagina y se lo introdujo, los labios abrieron jugosos. Recuerdo ahorita, no creo que lo haya recordado aquella vez, un compendio de Arreola sobre los tipos de vaginas, una de las descripciones coincide con mi imagen de la que tragó el plumón: una flor, por los labios con forma de pétalos lisos y brillantes.
¡Riiing! Ah, perdón, alguien me llama. ¿Bueno? Mm, qué pasó. No. Sí. Ajá. Bueno, está bien. Adiú. Colgué. ¿Adivinen quién era? Sí, Ray Goko. Me dijo que si recordaba la invitación que le había hecho. No, le contesté. Dijo que no importaba y que le gustaría escribir algo en mi blog otra vez, sin meterse clandestinamente. Sí, le dije. Pus ya qué. Ay que saber perdonar, ¿no? Su post vendrá luego.
Ella acomodó mi cabeza para abajo, no quería que viera. Accedí. Escribió algo en mi abdomen, antes lo tenía, ahora lo tapa una panza. Se sacó el plumón y se incorporó. Me ayudó a levantarme y paseó mi cuerpo por el escenario con putería para que la gente viera lo que me había escrito. El público aplaudió y, antes de bajar, me vi en el espejo de la pared una leyenda bien mona que había hecho en mi cuerpo.
¡That's all folks!

lunes, junio 02, 2008

Escenarios con puteria. Fasciculo 3 (parte VIII)

Subí al escenario con mayor soltura, tenía experiencia, conocía el escalón, las luces en el techo que me iluminaban y el espejo de la pared. Incluso saludé al público, les sonreí. Ya que te paguen, ¿no? Dijo uno de mis cuates. La mujer me indicó que me quitara la playera. ¿Estaría más rudo el nuevo performance? Me pregunté. Quizá tendría que coger en el escenario con ella, espero que no tenga que hacerlo. No podía creer lo que me pasaba, creía ser privilegiado por alguna voluntad mágica, a la vez fluía por mi estómago un líquido espeso y caliente, la vergüenza bioquimizada. ¡Toc toc! A ver, espérenme, tocan a mi puerta. Qué lata, justo cuando estoy escribiendo esto. No son horas para visitas. Es medianoche. ¿Será una emergencia? Voy a abrir.
-¿Ruy Guka? Jajajaja. Conque vives en esta pocilga. Mira, por lo menos habla bien de ti, siendo lo que eres, ¿no?, un escritor.
-¿Qué te pasa? ¿Estás loco? ¿Cómo te atreves a venir a mi casa? No me importa que dejes comentarios de idiota imbécil en mi blog, pero venir a mi casa y burlarte en mi cara, es demasiado.
-Tranquilo, no te pongas susceptible, sólo vine a decirte que ya no quiero dejar comentarios en tu estúpido blog.
-¡No dejes! Es tu problema si dejas o no comentarios.
-Escuch...
Le cerré la puerta. Pinche Goko, está completamente zafado. ¿Cómo se atreve a venir a mi casa? Qué miedo. ¿Se imaginan lo que podría llegar a hacer? No entiendo cómo supo mi dirección, nunca he dejado datos concretos de mi ubicación. Ni modo.
Sigamos conmigo en Amsterdam, jugando en los escenarios con putería. ¡Toc toc! ¡No, otra vez! Voy a abrir la puerta violentamente.
-¡Qué chingaos quieres, pendejo! ¿Eh? No hay na... ¡Oko! ¿Qué haces afuera?
-Mordí a Goko y lo perseguí hasta la esquina, jaja, casi lo atropellan cuando quiso cruzar la calle.
-Qué chingón. Pero, ¿cuándo saliste? Estabas echado en tu tapete, ni te paraste cuando tocó ese idiota.
-Salí antes de que le cerraras la puerta. Ah, oye, me dio sed.
Chalet, tendré que seguir con la historia la próxima semana por tantas interrupciones. Me siento mejor, qué bueno que persiguieron a Ray Goko. Me lo imaginé corriendo, horrorizado por la mandíbula de Oko, llena de dientes grandes y fuertes. Estuve a punto de regalarlo hace unas semanas y me arrepiento por haber pensado en ello.
La mujer comenzó a quitarse la ropa, tenía unas tetas que me gustaron mucho, se paseó alrededor de mi cuerpo sin playera y luego sacó un plumón.