sábado, marzo 01, 2008

Escenarios con putería. Fascículo 1 (parte I)

Ya fuera de mamadas de homenajes y chiderembalias (esta sección fue dedicada al gran mundo tan maravilloso, tan importante, de la publicidad) quiero platicar un poco de mis experiencias en lugares cerrados donde la gente se desnuda. Donde la gente se desnuda por completo. A ver, a ver, aclaremos esto de "la gente", la gente no se desnuda, más bien la gente está vestida y observa a una o más personas desnudas. A ver, a ver, ¡pelos, pelos!
La primera vez que entré a un lugar como estos, llamados "puteros" en México, fue en Mérida, Yucatán. En la linda Mérida. Era la época en que todavía asistía a la prepa, la prepa mexicana tan inteligente. Eran las tres o cuatro de la madrugada. Estaba con dos amigos, Vergasalas y Mamar, en una fiesta dentro de una casa en la calle 55 o 53 del centro de la ciudad. Había un tipo gordo y alto en la entrada, vestido como rapero o cholo, era gringo y se veía totalmente ridículo, con cadenas de oro, tatuajes y una gorra en la cabeza. Adentro de la casa se escuchaba música electrónica a todo volumen. Casi no había gente. Un güey treintón o mayor estaba en las consolas poniendo música, instalado en un cuarto que, al asomarme, pude ver objetos y decoraciones de casa habitable. No se podía entrar a ese cuarto. El resto de la casa tenía las paredes pintarajeadas. En el suelo se pisaban charcos de cerveza y refresco con alcohol. Había un patio pequeño, como de unos cuatro o seis metros cuadrados, donde bailaban dos güeyes, uno sin playera y el otro con ella; cabeceaban a desritmo y movían los brazos torpemente. Tenían los párpados semicerrados, ya sea por sueño, ya sea por pachecos, ya sea por borrachos o ya sea por esas tres a la vez. Nada interesante esa fiesta y no había viejas. La música me gustó. Mis amigos y yo buscamos algo qué servirnos. Encontramos un bacardí añejo y había una botella de coca cola. ¿Qué mejor? Además veníamos de otra fiesta, o de mi casa, y habíamos bebido y fumado mota. Así que estábamos no muy exigentes, pero la fiesta era una porquería. A lo mejor llegamos tarde. Le pregunté cómo había estado la fiesta a un tipo que estaba hablando con otro sobre música electrónica y video arte o algo por el estilo, hablaba muy mal el mexicano, y era mexicano, gritaba lo que decía y tenía expresiones orales y faciales del clásico farol provinciano que uno puede encontrarse fácilmente en cualquier parte. Me respondió: Qué te puedo decir, güeey. Gente bien prendida vino a lot, inteligeente. Ya sabes, que saben qué onda. Vinieron hermosas mujeres también, bellas...
Me alejé de él y le fui a preguntar lo mismo al gringo grandote de la puerta. Me respondió: no buena. Ha estado igual toda la noche. Un poco más gente antes, tranquilo, bien.
Terminé de beber mi segundo vaso y fui por mis cuates que estaban en el patio. Nos fuimos de ahí y caminamos una cuadra, en la esquina estaba el putero llamado "Chac mol".

6 comentarios:

Bob dijo...

hola ruy


tu blog es tipograficamente un reto, fotograficamente una exigencia y periodicamente un gusto


el que publique un mejor coment salamero se lleva una foto candida, escriban a las direcciones e costumbre


perdón, ruy; es domingo

Prado dijo...

aquí, básicamente, es lo mismo. sólo que en alguna parte del lugar, de incierta localización hay un altar. A un santo profano. Maximón.

Me cae bien Maximón. es el santo de las putas, los ladrones y escritores de blog. Préndole un cigarro.

saludos.

MACARIO dijo...

Señor Guka, le ruego a usted que me lleve a un puter, ya casi cumplo 20 años y todavía no voy a ninguno, ni putero ni teibol ni nada.

Eric Uribares dijo...

Chac Mol jajajajajajajajajaja no mames, que buen ombre pa putero, jajajaja chac mol, jajajajaja

Darth Chelerious dijo...

ajá.


y qué mas?

Ricardo Arce dijo...

Chale, yo ni recuerdo como es que llegué aquí por primera vez.