martes, julio 03, 2007

Estoy sentado pensando...

Acabo de ir a comer a una fonda. Quedé intrigado por algo que vi. Una mesera sacó una bolsa de plástico, de las que dan en la tiendita o en un puesto callejero, que colocó en una de las mesas; la abrió, abrió otra que tenía dentro, una de mano, femenina, normal, parecía de cuero; de ahí sacó su espejito y un delineador de boca. Se pintó los labios, guardó el espejito y la cosa otra en la bolsa de mano, ésta la cerró empujándola al fondo de la bolsa de plástico que cerró amarrándola de las asas. Muy bien, ahora bien, que bien, pus bien, aunque no está tan bien del todo, ¿por qué guarda su bolsa de mano dentro de una bolsa de plástico? ¿Por miedo a que se la roben? ¿Para que no se ensucie? ¿Para no causar envidia entre sus compañeras de trabajo por tener una bolsa muy mona? ¿Por qué cree que no se merece tener una bolsa de mano? A lo mejor es la única que tiene, no le gusta y le da enorme pena mostrarla. Su marido sacaría la bolsa en alguna reunión familiar paseándola entre la gente y gritaría: ¡miren, la bolsa de mi mujer, jajajaja! Y todos en la reunión le harían de coro: ¡la bolsa de Cleto, jajajaja! Digo, ¿qué onda?

2 comentarios:

Lucho dijo...

No te preocupes por la bolsa.

lx dijo...

Pues por q si trabaja en una fonda, ni modo q la tenga a la vista de todos y en la cocina..que tal si se mancha o se percude. Le hubieras preguntado.