sábado, mayo 11, 2013

¿Qué? ¿Qué me ves?

Me encanta vivir en mi calle: perlova. Por antonomasia, la calle de las putas. En su actualidad ya casi no hay, pero así se le conoce en Praga. Sí, me gusta porque yo también soy una putiñi. Pero hay algo que no se ajusta bien del todo en este juego de significados: todas las calles de Praga son la calle de las putas:)))) Si alguien se ofende, uy, pus perdón, eh, como si el perro se ofendiera por decirle perro. Y no lo digo por ardido. ¿Por qué creen que no me he largado de este lugar humanamente vacío, rancio, triste? Lo único bueno que tiene son sus dulces, tiernas, suaves y glotonas perrísimas de fingida inocencia. Es una razón poderosa por la cual estar aquí. Si lo probaran lo sentirían como su droga favorita que no pueden dejar.