lunes, agosto 22, 2011

Desde mi cama

Soñé que me sacaba un moco, grande, con esa cola que se siente agradable como si sacara un hilo suave y elástico por el conducto nasal. Cuando lo saqué del todo me di cuenta que era un frijol y la cola era un tallo que crecía dentro de mi nariz. Me sorprendí muchísimo y finalmente sonreí frente a la sorpresa.

Cuando llegué a mi cuarto nuevo había un colchón inflable tamaño king size que se inflaba gracias a una maquinita que sonaba como una aspiradora. El colchón se desinflaba hasta quedar muy huango como una vez a la semana. Luego se desinflaba cada tercer día. Luego diario. Luego a la hora de acostarme. Me hartó y seguramente también mis rumis y mis vecinos se hartaron por el fuerte sonido de aspiradora que hacía la maquinita cada vez que lo inflaba. Decidí ya no usarlo, prendí la aspiradora en sentido inverso para que lo pudiera enrollar y arrojar a una esquina del cuarto, ahí está ahora como un muerto inmóvil esperando ser arrojado al Moldavia, el río que cruza Praga y que tengo a una cuadra. Tenía un futoncito individual y duro que traía conmigo, en eso duermo ahora, está en el piso sobre una cobija cuadriculada de distintos tonos azules, mi cama emana soledad y tristeza, eso influye sutilmente en mi alma.