jueves, octubre 06, 2011

Lluvia y frío

Mañana empieza el frío de otoño en Praga, lo viviré otra vez, y en mi cuarto no hay ningún lugar de dónde colgarse.

Me invitaron a ir mañana a la facultad de filosofía de la universidad de Plzen, la siguiente ciudad más grande en la República Checa y que está a una hora de Praga. Ahí hablaremos de literatura en general y de la experiencia de ser escritor, sobre todo de escribir en castellano viviendo aquí donde se habla en checo. No sé ni para qué voy, ahora más bien soy un pinche mesero y estoy muy lejos de ser un escritor, simplemente porque no escribo.

Este lunes que pasó, hace tres días, comenzó a dolerme el tendón cerca del tobillo derecho, al día siguiente era muy fuerte el dolor y no podía pisar. Fui a ver a una médica general que pensó de inmediato que se debía a la gota, luego me vio su marido, un reumatólogo que por suerte tenía su consultorio junto al de la médica. El doc rechazó la posibilidad de ser gota, pero tampoco supo lo que era. Me mandó a un laboratorio donde me tomaron varias muestras de sangre y una muestra de orina para que él pudiera analizar la situación. Al día siguiente le llegaron los resultados a su consultorio, me dijo que no sabía a qué se debía la inflamación y que me mandaría con otro especialista. Sólo me dijo que el ácido úrico estaba bien y quizá sea una infección. A ver en qué acaba esto.

Mucha gente dice que Praga es inspiradora, pero yo no la encuentro como tal, la verdad es que cualquier lugar es inspirador, a uno le sale eso, no es la ciudad o el entorno lo que lo inspira a uno. Aunque haya terminado Beto Águila en Praga, no creo que eso signifique algo. Cuando veo Praga, veo una ciudad que sobrevivió el pasar del tiempo, una ciudad que muestra a una sociedad de otra época. Ahora sólo veo a una sociedad que cuida con apatía y aburrición de un museo al aire libre, inspiradorsísimo, ¿no?

Justo terminé de escribir esto y pude ver por la ventana que al enorme museo se le sacudieron las ventanas, las hojas de sus árboles, la poca basura en sus calles voló violentamente, para luego cubrirse con una lluvia repentina y fría.